jueves, octubre 26, 2006

¡Tiempos de Globalización!

- ¡Ven Padre! Quiero que veas tu regalo, ¿Qué te parece?

Don Chuy pasea sus ojos por los aparatos apilados, que dejan ver un buen número de botones, foquitos, ventanitas... y llevándose la mano a la cabeza, trata de adivinar dónde se encuentra el botón del encendido. Pero, ¡qué va! Al igual que el botón, don Chuy está completamente perdido.


- Mira papá, viene equipado con un sistema acústico "sourrounding" dirigido por un microcontrolador con un Bus de 64 canales en paralelo y una Ram de 2 megas; ¡fíjate! dooos megas, o sea dos millones de bytes de memoria... ¡formidable! Con esto puedes guardar la secuencia de las canciones que desees escuchar, el orden de los CDs elegidos por ti del sistema rotativo para diez discos compactos; o bien, la memoria de las estaciones de radio ¡Qué te parece!


Don Chuy desorientado lo interrumpe:
-Toñito, podrías ir más despacio, todo eso se oye muy interesante, pero ¿viene por escrito... y en español?... y ¿es realmente muy necesario entender lo que me explicaste para que este aparato funcione?...

Sin contestar a la cascada de preguntas, Toño sigue su demostración.


- Mira jefe, ¡qué amplificadores! Son Op-amps de potencia. Esto te garantiza un sonido nítido, sin que se distorsione cuando le aumentes al volumen. El panel tiene una pantalla LCD donde te aparecen, de una manera sencilla y práctica, todas las funciones que quieras programarle al sistema estereofónico. Pero ven, siéntate. No necesitas estar junto a tu aparato para hacerlo que funcione. Aquí tienes el control remoto, con él emites la señal al receptor. (Toño le da un "click"). ¡Listo! Ya está funcionando. ¿Quieres subir el volumen?... Sólo presiona este triangulito. Don Chuy abre la boca cuando ve que el botón gira lentamente a la vez que el volumen va subiendo. ¡Pero cómo es que gira si no lo hemos tocado! -exclama-.


-Papá, sólo es un oscilador de cuarzo, un LED infrarrojo que funciona con una pequeña batería. Bueno, ¿te gusta el regalo?


Sin dejar de rascarse la cabeza, Don Chuy pregunta: ¿Y crees que en este artefacto podría oir mis discos de opera, o los de Agustín Lara?


¡Artefacto padre! Ahorré todo un año para comprártelo e invertí mucho tiempo para conseguir todos los accesorios... ¡Carajo! Papá, si he sabido que no te iba a gustar, ni le pongo tanto empeño.


-No te enojes Toñito, por favor, créeme esto me da dolor de cabeza; no lo entiendo, es como brujería, magia, ciencia, ¡qué se yo!


Josefina Llera, escritora jalisciense.


En muchos países -sobre todo los subdesarrollados como el nuestro- los avances científicos y tecnológicos son lentos, escasos y alejados de la población.

Los aplicación de estos conocimientos no está al alcance de la mayoría de la gente, ni a nivel económico ni mucho menos en lo referente a capacitación técnica que tanto se requiere. La autosuficiencia en este rubro es pobre o nula debido a que las inversiones son raquíticas y dosificadas. Se prefiere importar -obedeciendo las reglas designadas por el consumo global- en lugar de invertir y capacitar, porque así conviene a los intereses de los grandes consorcios trasnacionales que ofrecen y venden su tecnología.


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