sábado, septiembre 23, 2006

Héroe de la Resistencia alemana

Martin Niemöller es una de las figuras emblemáticas de la resistencia alemana al Tercer Reich. Después de la 1a. Guerra Mundial se dedicó al estudio de la teología, ordenándose pastor en 1924.

Como muchos alemanes protestantes, Niemöller acogió al nazismo cuando subió al poder en 1933. En un comienzo creyó, como la mayoría, que Hitler encarnaba el renacimiento del nacionalismo alemán, asimismo, compartió con el regimen nazi el desprecio por los comunistas. Sin embargo, muy pronto, a principios de 1934, se desilusionó cuando Hitler subordinó a la Iglesia Evangélica de Alemania, instaurándose una suerte de neo-paganismo. Todos los pastores fueron obligados a jurar lealtad al Reich bajo la consigna "Un pueblo, Un Reich, Una Fe". Quienes se opusieron fueron arrestados y muchos murieron en la cámara de gas.

En 1934, Niemöller fundó la Liga Pastoral de Emergencia, con el objeto de preservar la independencia de la iglesia luterana de los avances del poder totalitario. Asumió, también, la conducción de la Iglesia Confesional (Bekennende Kirche), movimiento opositor claramente diferenciado de los cristianos simpatizantes del nazismo. La Iglesia Confesional se declaró como la legítima representante del protestantismo en Alemania.

A sabiendas de los planes que la autoridad tenía para él, Niemöller expresó en uno de sus últimos sermones en el Reich:
Debemos usar nuestros poderes para liberarnos del brazo opresor de la autoridad así como lo hicieron los Apóstoles de antaño.
No estamos dispuestos a guardar silencio por mandato del hombre cuando Dios nos ordena hablar.
Hitler, furioso por la actitud de abierta rebeldía, ordenó su arresto. Niemöller fue encontrado culpable de acciones subversivas contra el Estado y fue condenado a reclusión.

Cumplida la pena, Niemöller continuó practicando su tenaz desobediencia y fue nuevamente arrestado. Esta vez, la condena resultó más severa y debió pasar siete años preso en el campo de concentración de Sachsenhausen bajo la figura legal de "custodia protectiva" y, por orden de Hitler, como "prisionero personal del Führer". Las tropas aliadas lo liberaron en 1945.

En ese mismo año, 1945, ya restituido a la vida académica, un alumno, durante una de sus clases, azorado por el relato de Niemöller sobre lo sucedido en Alemania, le preguntó cómo había sido todo eso posible. Luego de meditar unos segundos, le respondió:

Primero vinieron por los comunistas,
pero como yo no era comunista
no alcé la voz.

Luego vinieron por los socialistas y los sindicalistas,
pero como yo no era ninguna de las dos cosas,
tampoco alcé la voz.

Después vinieron por los judíos,
y como yo no soy judío,
tampoco alcé la voz.

Y cuando vinieron por mi,
ya no quedaba nadie que alzara la voz
para defenderme.


En 1947 fue elegido presidente de la iglesia protestante en Hessen y Nassau, cargo que ocupó hasta su retiro en 1964, a la edad de setenta y dos años.

Pacifista consumado, dedicó los últimos años de su vida a predicar sobre el peligro de las armas nucleares, actividad que lo condujo a múltiples encuentros con políticos y organizaciones del bloque soviético. Murió en Wiesbaden, en 1984.

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